La práctica de Reiki
consiste en la canalización de la Energía Universal para armonizar el cuerpo,
la mente y el espíritu, creando una persona sana y equilibrada. "Rei" quiere decir universal y "ki"
energía vital. "Prana" para los hindúes, "chi" para los
chinos, de esta energía se ha hablado en muchas culturas desde la antigüedad. Esta
energía contiene una parte femenina yin
y una masculina yang. Del equilibrio
entre ambas surge la armonía universal, física y mental.
El Reiki, como el término
que lo designa, es de origen japonés. Fue descubierto en 1870 por el Dr. Mikao
Usui, que ya llevaba muchos años dedicado a la curación y al estudio. Es un
sistema de sanación que actúa tanto en el plano físico, sanando nuestro cuerpo,
como en los planos no físicos, sanándonos en los niveles mental, emocional y
espiritual. Se realiza por imposición de manos y, mediante la concentración
mental, el terapeuta canaliza la Energía Universal estimulando y reactivando
los chakras. Los chakras son como puertas de entrada a la energía, válvulas de
acceso a nuestro campo energético.
El Reiki es perfectamente
compatible con cualquier tratamiento médico, y puede actuar como complemento
del mismo. Está reconocido como Terapia Alternativa por la Organización Mundial
de la Salud, y se practica como terapia complementaria en muchos hospitales del
mundo y también en España. Lejos de tener efectos secundarios, sus beneficios
son enormes: relaja nuestro cuerpo, potenciando que nuestra propia energía
auto-curativa nos devuelva el tono vital; trabajando en los niveles profundos
de la persona, donde tienen su origen la fatiga, el estrés o la tensión, actúa
eliminando las causas de la enfermedad; y sobre todo favorece un cambio hacia
una forma de vida positiva y sensata.